¿Quién es este Hijo del Hombre? – Williams Andueza (Spanish/Espanol)

Oct 20, 2015 2631

cross-and-jubilent-arms-upliftedLa pregunta quién es este Hijo de Hombre se origina por la declaración del mismo Jesús quien dijo: “Y yo, si soy levantado de la tierra, atraeré a todos a mí mismo” (Juan 12:32). Estas palabras produjeron en su auditorio un tremendo impacto. La declaración de Jesús rompía con el concepto que tenían los judíos sobre el mesías. En la hermenéutica judía el Mesías era victorioso, poderoso en batalla e iba a constituir un reino que nunca tendría fin. La base teológica sobre este aspecto la extraían del libro de Daniel:

Yo seguía mirando, atraído por las insolencias que profería aquel cuerno; hasta que mataron a la fiera, la descuartizaron y la echaron al fuego. A las otras fieras les quitaron el poder, dejándolas vivas una temporada. Seguí mirando y en la visión nocturna vi venir en las nubes del cielo como un hijo de hombre, que se acercó al anciano y se presentó ante él. Le dieron poder real y dominio: todos los pueblos, naciones y lenguas lo respetarán. Su dominio es eterno y no pasa, su reino no tendrá fin. (Daniel 7:11-14).

Ahora la enunciación de Jesús desorienta y cambia la perspectiva tradicional de esa época. Jesús expone que con su muerte se convertirá en el centro de atracción. Desde que comenzó con su ministerio Jesús había atraído a las personas por las señales y milagros; sin embargo tal no era el objetivo de la fe. Los milagros como la resurrección de lázaro, la multiplicación de los panes y los peces, la curación del ciego, la sanación del paralitico de Betesda tenían el propósito de llevar a la gente al desenlace final, al centro neurálgico de la fe cristiana, la muerte cruel y cruenta de Cristo. El cristianismo no se basa en las señales y obras prodigiosas sino en la muerte de Cristo en el Calvario.

Las palabra de Jesús llevó a las personas a responder de esta manera: Entonces la multitud le respondió: “Hemos oído en la ley que el Cristo permanecerá para siempre; ¿y cómo dices tú: “El Hijo del Hombre tiene que ser levantado? ¿Quién es este Hijo del Hombre?” (Juan 12: 34).

Barclay hace un buen aporte con respecto a este punto:

“Y una vez más reaccionaron con sorpresa incrédula. ¿Cómo se podía relacionar al Hijo del Hombre con una cruz? ¿No era el Hijo del Hombre el general invencible de los ejércitos del cielo? ¿No iba a durar Su reino para siempre?… ¿No se decía del Príncipe de la edad de oro: mi siervo David será Príncipe de ellos para siempre…Los judíos relacionaban al Hijo del Hombre con el reino eterno; y aquí esta Jesús, que pretendía ser el Hijo del Hombre, diciendo que sería levantado en una cruz. ¿Quién era ese Hijo de Hombre cuyo reino iba a terminar antes de empezar?”[1]

En el encuentro que tuvo Jesús por la Noche con Nicodemo, el Maestro había señalado en forma clara el propósito de su venida. Le dijo a Nicodemo: “Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3: 15).

Existe un paralelismo entre Juan 12 y Juan 3. La figura de la serpiente de bronce que fue levantada en el desierto se la hizo con un propósito de salvación. Los israelitas habían sido mordidos por unas serpientes venosas y mucha gente moría en el desierto producto del veneno letal. En toda la zona desértica no había remedio contra el veneno de las serpientes. Entonces Dios mando a levantar una serpiente en un mástil y la orden era que todo aquel que mirara sería sano. Los ojos de las personas se posaron fijamente sobre esa serpiente de metal levantada en un mástil y con resultado obtenían la salvación.

“Y Moisés hizo una serpiente de bronce, y la puso sobre un asta; y cuando alguna serpiente mordía alguno, miraban a la serpiente de bronce, y vivía “( Números 21: 9).

La historia del desierto se iba a volverse a repetir y la nueva historia iba a sobre pasar a la antigua historia. En lugar de una serpiente de metal el Hijo de Dios iba a ser levantado en una cruz como la única fuente de salvación y perdón de pecados.

Para los que estamos viviendo en el siglo 21 la muerte de Cristo es ahora historia, sin embargo sigue siendo verdad que su muerte en el Calvario es el único antídoto contra el pecado. El remedio para nosotros sigue siendo la muerte sustitutiva de Jesús. Cristo crucificado, Cristo levantado entre dos malhechores es la única verdad que trae salvación.

El corazón del mensaje cristiano se centra en la Cruz el punto de encuentro con Dios es sobre la cruz, no hay salvación fuera de la cruz. Podemos mirar a nuestra organización como un lugar seguro para nuestras almas, podemos mirar a los santos, podemos mirar a nuestras obras pero ninguna de esas cosas tienen poder para salvarnos. Solo la sangre vertida en la Cruz hace más de 2000 años tiene el poder para darnos vida eterna.

El mismo problema de los judíos es ahora el de la iglesia cristiana de hoy. El Hijo de Hombre que se predica en los pulpitos no es ese Hijo que nos salva mediante su muerte, el Hijo de hombre que hoy es popular, es un Hijo de hombre que te da victoria mediante su Espíritu, es un Hijo de hombre que te salva porque te da poder para cumplir su ley, es un Hijo de hombre que convive para consolarte.

Sin embargo las Escrituras centran la salvación solamente en la cruz. Los ojos de los salvos no tienen lugar para mirar otras cosas. Los ojos de los redimidos miran solamente a la Cruz porque en la Cruz está el cuerpo quebrantado de aquel que murió para salvarnos. Con razón Jesús dijo:

Y yo, si soy levantado de la tierra, atraeré a todos a mí mismo. (Juan 12:32)

El punto de reunión con Dios es la muerte de Su Hijo. Es más, estas palabras indican que la muerte de Cristo es la atracción, es como un imán que atrae a los perdidos. Somos cristianos y hermanos porque nos encontramos en la cruz. El reino del Hijo es un reino que no tendrán fin porque es un reino que se centra sobra la base de la Cruz y esa base es el amor desplegado por todos los mundos. La cruz acabo con la maldad para siempre y mediante su Cruz el príncipe de las tinieblas fue juzgado.

¡Alabado sea su santo nombre!

Libro Inédito que “Crees de Cristo”

– Pastor Williams Andueza

[1]William Barclay, Comentario al Nuevo Testamento (Editorial Clie, 2008), 456

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