Teodoro el Coleccionista (Spanish)
Nov 7, 2013 2384
Quiero presentar a Teodoro el Perro Evangélico. Él es el Perro Evangélico porque de el aprendo lecciones sobre el evangelio.
Una cosa que no sobras acerca de Teodoro es que es un coleccionista magnífico. Él colecciona juguetes, huesos, hojas de palma, pelotas, raíces, corteza, hojas, y cualquier cosa que le parezca hermoso, y que aumentara el valor de su pequeña vida. Es capaz de salta lo mas alto, y cavar en la tierra profundamente durante días, tan solo para encontrar uno de sus tesoros.
Y luego los deja todos en nuestro puerta de atrás.
Mi esposa me dijo, “Deberíamos barrer el pórtico trasero.” Pero no lo hice porque quise tomar una foto del museo de los tesoros de Teodoro para mostraros. Y tampoco podía tan fácilmente romperle el corazón a Theo; quizás el pensaria que creemos que todos sus tesoros son basura! Bueno… en cierta forma, lo son…
Tu y yo … somos todos coleccionistas. Pasamos nuestras vidas recogiendo y coleccionando. Muchas de las cosas que coleccionamos no son cosas físicas que podemos poner en un estante para libros o una mesa de centro. Son mas bien experiencias, relaciones, sentimientos, sensaciones, y secretos. No todas son buenas. Algunos son agridulce. Muchas son dolorosas: heridas, rechazos, amargura, daños, y desilusiones. Hay unas cosas a las cuales nos agarramos porque las atesoramos. Agarramos a otras cosas simplemente porque aunque lo deseamos con todo nuestro ser, no las podemos desarraigar de nuestras almas.
Todos nacimos coleccionistas. Nuestra naturaleza humana atrae a sí cosas que no queremos; cosas dañosas; así que hacemos las cosas que no queremos hacer, y no hacemos las cosas que realmente queremos hacer. Ninguno de nosotros tiene una colección de la cual podamos estar realmente orgullosos.
Las noticias buenas son que Dios es un Coleccionista también. Pero Dios no colecciona basura; él colecciona sólo las joyas más preciosas, más hermosas. Y la verdad asombrosa es que Dios desea que tu seas una de ellas.
En el Calvario Jesús participó en una subasta para su alma. Él pagó el precio último, un precio absolutamente invencible. Y ahora él te llama a ti precioso, preciosa. En el Calvario Jesús compró el derecho de llamarte suyo, con todo su equipaje – con toda su colección.
Cuando has aceptado el sacrificio del Calvario, el pertenecer a Jesús viene con muchos privilegios. ¿Qué ha coleccionado usted en su vida? Quizás mucho mas de lo que quieres seguir llevando encima? Deja que Jesús se haga cargo de tu colección. Escuche lo que él te dice:
Serán para mí especial tesoro, dice Jehová de los ejércitos, en el día en que yo actúe. Los perdonaré como un hombre perdona al hijo que lo sirve. (Mal. 3:17)
Eliezer Gonzalez
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