Los 3 “pilares” de Juan 3

Jul 1, 2017 1985

Los 3 "pilares" de Juan 3

Hay tres “pilares” del tercer capítulo del evangelio de Juan que explican de qué se trata la salvación. Juan 3 es un capítulo muy importante; de hecho, es el capítulo 1000 en la Biblia.

Dice en ese maravilloso verso,

Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna (v.16).

Sin embargo, hay mucho más en este capítulo que merece nuestra atención. Jesús está hablando aquí con Nicodemo, un maestro religioso judío.

El primer “pilar” es el más importante, porque es lo que Jesús ha hecho, de lo que depende nuestra salvación. Se encuentra en v.14:

El Hijo del hombre debe ser levantado.

Cuando el Hijo del Hombre es levantado, atrae a todas las personas hacia él (Juan 12:32). Si no nos resistimos, encontraremos allí nuestra salvación.

Aquí nuestro Señor establece la base de la salvación, y del cristianismo mismo: la necesidad de la Cruz. Hoy, algunas personas consideran que la Cruz no fue una parte necesaria del logro de nuestra salvación. Otros quieren enfocarse más en otros aspectos de la verdad cristiana. Sin embargo, aquí Jesús afirma la naturaleza no negociable de la Cruz en la salvación de la humanidad. ¿Es el corazón mismo y el centro de tu fe?

El segundo “pilar” se encuentra en v.7. Esto se refiere a cómo debemos responder al Hijo del Hombre levantado, para ser salvos:

Debes nacer de nuevo.

La Cruz de Jesús es la base y el imperativo fundamental del cristianismo y de la salvación misma.

Este nuevo nacimiento que debemos experimentar es el resultado directo de que el Hijo del Hombre sea “levantado”. Cuando acepta su sacrificio en nuestro nombre, entonces Dios nos une con Cristo en su muerte, y por lo tanto en su resurrección también (Rom 6: 5), que experimentamos primero como una resurrección espiritual, un nuevo nacimiento, en una nueva vida que ahora es guiada por el Espíritu de Dios (Rom 8: 4.11).

El tercer “pilar” se encuentra en v.30. Ahora es Juan el Bautista quien está hablando. Él se está refiriendo a Jesús cuando dice:

Él debe aumentar, pero debo disminuir (Juan 3:30).

Este es el resultado natural de centrarnos y aceptar el sacrificio del Hijo del Hombre por nuestro pecado. Este es el resultado, no el motivo de nuestra salvación. Es el trabajo del Espíritu Santo en nuestras vidas. Cuanto más miramos a Jesús levantado en el Calvario, más elevado lo elevaremos en nuestras vidas. Al hacer esto, el egoísmo disminuirá en nuestras vidas, como se manifiesta el fruto del Espíritu: “amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad y fidelidad” (Gálatas 5:22).

 

Estos son los tres “pilares” de la salvación: el Hijo del Hombre debe ser levantado, debemos nacer de nuevo, y Cristo debe crecer mientras yo debo disminuir. Aprende bien, porque tu destino eterno depende de ellos. –

– Eliezer Gonzalez

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